Situado en la ladera de una colina, perteneció a la orden de San Juan. La iglesia de Santa María guarda un interesante retablo plateresco.
Geográficamente, Torrecilla de la Orden, es la población más al sudoeste de la provincia de Valladolid, de la que distan 71 km. Ocupa el terreno de una suave colina, y sus casas son en su mayoría de ladrillo macizo con argamasa de cal.
Perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén, de ahí el apellido de su actual nombre.
Los edificios más destacables , son la iglesia y la ermita. La Iglesia de Santa María del Castillo es mudéjar, del siglo XV, aunque posteriormente durante los siglos XVI y XVII se añadieron reformas renacentistas. El cuerpo del templo lo componen tres naves de las cuales, la central se cubre con bóveda de arista y yeserías del siglo XVIII y las laterales con cañón con lunetos. Destaca el retablo mayor del siglo XVI obra de Giraldez, discípulo de Berruguete, de estilo plateresco, en el que podemos admirar 126 figuras con bustos y relieve.
A unos 800 metros por un camino llegamos hasta la Ermita de Nuestra Señora del Carmen, de estilo barroco del siglo XVII y realizada en ladrillo. En su interior destacan las columnas salomónicas así como el retablo de madera policromada.
A la Virgen del Carmen, a quien veneran por Pentecostés con una procesión, trasladando por unos días la imagen de la ermita, que no volverá hasta el día de Santiago.
En verano, del 23 al 27 de agosto, celebran San Ginés; y por último la celebración de San Isidro el 15 de mayo.
La localidad cuenta con un mesón que ofrece unos buenos platos, donde se puede degustar un buen hornazo el lunes de aguas, un riquísimo cocido y sin olvidarnos de las alubias del día de San Antón.
Para disfrutar del contacto con la naturaleza podemos acercarnos hasta sus dos merenderos, el de la Fuente del Tío Bole, a un kilómetro, y el de la Fuente de la Horma, a tres kilómetros; lugar éste de la Guareña, donde podremos admirar un buen conjunto de reses bravas, que pastan en estos campos.